Ser azul

¡Buff! Blas, hoy las ganas se me han quedado pegadas a las sábanas y no me sale hacer nada. Nada de nada. Ni lo más fácil. Pero no sé por qué. ¡Cómo me gustaría un cambio! Algo diferente. Una transformación radical, una novedad que me sorprenda y altere a todos. Transmutarme en algo extraño.

Sería genial volverme azul. ¡Sí, azul!

Pero no cualquier azul. No el azul del mar. No, ese no. El azul del mar es profundo. Y vasto, largo, solitario, pacífico, turbulento, inmenso, pequeño, agobiante, pacífico. No, no quiero ese color. ¿Cuál es la diferencia entre el azul del mar y el azul marino? ¿Existe un azul marinero? ¿Habrá marineros azules? En ese caso, volverme azul ya no sería peculiar.

Tampoco quiero ser del color del azul del cielo. Ese es lejano. Y brillante, atemporal, etéreo, engañoso, protector, vencedor, hipócrita, silencioso, cínico, verdadero, sincero, húmedo. El azul del cielo no lo quiero para mí. No. Además, el azul del cielo cambia mucho, cada poco tiempo. Hoy es azul alegre, mañana triste. Otros días el azul del cielo es dulce, otros lloroso. Algunos es tan serio que no apetece ni mirarlo.

Hay tantos azules que no sé por cual decidirme. El azul pastel es poco vivo. Y el azul cian muy chispeante. El azul celeste no dice lo que tiene que decir. El azul turquesa me gusta. Pero muchos dicen que no es azul, que es verde. Es algo confuso, y yo quiero ser azul, así que mejor no escojo ese.

¿Sabes Blas? El otro día en un documental vi que el hielo, además de blanco, puede ser azul. Y ese azul me gustó. Porque es un azul vivo, cambiante, transitorio, único, poderoso, sencillo y frío. Si, creo que escojeré ese azul para mi.

¿Cómo conseguiste tú volverte de color negro?

4 comentarios:

Elena Guevara dijo...

Hola, alguien me ha dicho que era un link en tu blog y aquí estoy... me cae bien Blas, cuando quieras le presentamos a Lola, aunque igual no se llevan bien, no sé, ahora que lo piendo a lo mejor ella debería haber sido un camaleón, por lo de cambiar de color y sentirse distinta cada día. Yo hoy estoy de color morado, y no porque haya aguantado la respiración, sino porque todo mi cuarto es de ese color y estoy contagiada ¿será que soy un camaleón?

Anónimo dijo...

ser!! he encontrado tu azul perfecto, ¡¡el de tus pantalones de pitillo!! ES PERFECTO PARA TÍ!! ¿no te parece?

:) besos en el cogote!!

MARIA

Anónimo dijo...

eres maravilloso tete! me encanta el blog. Me encantas tú! y, sobre todo, me encanta Blas. Quiero conocerle!
Conozco el azul del hielo, es magnífico. de hecho lo descubrí esquiando, clavando sin ton ni son el bastón, ahí apareció...de repente, cuánto más profundo era el agujerito de la punta del bastón más increíble se hacía el azul...
El otr día re-leí "adelaida rotando"...que bien escribes jodío, creo que es el regalo más estimado de los que tengo, no se, supongo que es una tontería, pero me encantó.
otro año de amigo invisible te hago yo algo, no se el qué, pero que cuando lo cojas entre las manos te haga sonreir, como hace tu libro conmigo. Algo que te lleve a esa pequeña cabecita de genio algún recuerdo conmigo.
Te echo de menos.
Me encanta esto que te has montado.
Eres la ostia!
te quiero

Sergio dijo...

Ey!!!!

Gracias por vuestros comentarios muchachas. Y Elena, a Blas y a Lola los presentamos en breves, seguro q se llevan bien, aunq creo q Lola tiene más personalidad.

Perdonad q no actualice...pero con los examenes tengo la imaginación bloqueada...ya me conoceís. En breves Blas volverá a las andadas. Tranquil@s, está bien.